Una orden de Dios

 


Una orden de Dios


Necesitas una orden del Padre, porque la orden de Dios te libra de cualquier aflicción que te quiera atormentar, porque una orden de Dios trae solución a tu vida. Una orden de Dios elimina la sequía, la escasez, y suple tus necesidades.

No hay quien pueda oponerse a una orden de Dios, aun los cuervos tuvieron que llevar comida al profeta, porque lo que Dios ordena se tiene que cumplir. Se va la escasez por lo que Dios dice, y termina la sequía por su palabra.

Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.

1 Reyes 17:2-4

Es lo que  necesitamos, una orden de Dios a nuestro favor, porque nadie puede oponerse a la orden del Padre. Una orden divina es la solución de tu vida y de cualquier adversidad que se presente, porque aún las rocas tienen que producir agua cuando Dios ordena.

Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.

Salmos 34:19


El Padre nos libra de toda aflicción por su poder, por lo dicho de su boca y por su misericordia. Tenemos que entregarnos y rendirnos para que su poder sea manifiesto en nuestras vidas, y las mismas sean ordenadas por Dios.


Pon tu vida en las manos del Señor; confía en él, y él vendrá en tu ayuda. Hará brillar tu rectitud y tu justicia como brilla el sol de mediodía.

Salmos 37:5-6


No tenemos de qué temer, cuando ponemos todo lo que somos en la manos del Señor, porque Él se encarga de nosotros y en la dificultad viene en nuestra ayuda. No nos deja en vergüenza, sino que nos expone en victoria delante de todos.


Es por eso que no debemos seguir caminando por nuestra propia cuenta, tenemos que sumergirnos en Dios para que Él tome todo el control de nosotros. Tenemos que someternos a su voluntad para caminar seguros y son tropiezos.


Su voluntad es perfecta, pero si no confiamos plenamente en Él no nos podemos sumergir en ella.  Pero sumergidos en la voluntad de Dios, Él dará orden a nuestro favor para solucionar las dificultades presentes y así podremos disfrutar de todas las bendiciones que Dios tiene para nosotros.

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