Los recursos del Reino de Dios

 


Revelación del Reino de Dios


En el reino de Dios hay muchos recursos que son para los hijos del reino, pero para poder apropiarnos de ellos necesitamos que venga el reino a nosotros, como dijo Jesús: venga a nosotros tu reino, y así mismo, necesitamos entrar en el reino de Dios. 


Como hijos de Dios tenemos que hacer muchos cambios para disfrutar de esos recursos, porque como estamos, llenos de orgullo, falta de perdón, llenos de envidia, celos entre otras cosas más, no podemos entrar en el reino, ni hacer uso de lo que hay en el mismo.


Mientras nos estemos creyendo más que los demás, mientras nos estemos creyendo mejor, y más importante que nuestros hermanos, no podemos tener parte en el reino del Padre. Para pertenecer al mismo, tenemos que hacernos pequeño, ver la importancia de los demás antes que nuestra, y servirles con amor. Para entrar y disfrutar de los recursos del reino de Dios tenemos que volver a ser niños, y quitar de nosotros todo lo que a Dios no le agrada. Quitar el prejuicio, el razonamiento, el odio, el rencor, el orgullo y toda malicia que nos aleja de Dios; y humillarnos como tal delante de l Él.


y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

Mateo 18:3-4


En el reino de los cielos no es ni parecido a los reinos terrenales, donde se consiguen los puestos y rangos por familiarísimo y por dádivas, en el sistema de Dios no es así, aquí los mejores puestos son para los más pequeños, porque los mismos deben ser ganados por justicia y verdad. En Dios el pequeño es el más grande, y el que se cree más grande ese viene a ser el más pequeño. Esto es lo que muchas veces no entendemos, y por eso nos perdemos de ver el reino y disfrutar de los recursos de él.


Esto sucede Porque el orgullo está muy arraigado en nosotros, la arrogancia y el egoísmo son el dios que adoramos, y por ende, no sabemos en qué consiste la humanidad. No podemos actuar con sencillez, sino con altivez, y esto nos mantiene fuera del reino.




Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Mateo 5:3


Necesitamos aprender de quién es el reino de los cielos, o más bien, quiénes son los que entran en él. El reino de los cielos es de los pobres en espíritu, porque éstos reconocen sus errores y actúan con humildad. Éstos, no esconden sus debilidades en busca de aparentar lo que no son; ellos las reconocen y actúan como tal, por eso Dios los engrandece. Ellos piden perdón cuando fallan, no viven de apariencia, y su mayor enfoque es hacer lo correcto, actuando siempre con justicia y verdad.


Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Mateo 5:10


Como no viven de apariencia, lo que puedan decir los demás no le preocupa, porque su blanco es hacer lo que es bueno delante de los ojos de Dios. Están tan enfocados en lo correcto, que ninguna persecución lo hará cambiar de opinión, porque ellos persiguen la justicia y la verdad.


Hemos visto que los que se humillan como un niño, los pobres en espíritu, y los que perseguidos por la justicia, estos podrán entrar en el reino de los cielos. Por esta razón es que tenemos que alinear nuestra conducta, quitar todo lo que no le agrada a Dios, y actuar con humildad para ver su reino y disfrutar del mismo.


Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Mateo 4:17


Aquí vemos que Jesús manda a arrepentirse, porque el reino de Dios se ha acercado, y el que no se arrepiente no podrá entrar en él. Pero en verdad no estamos aquí para hablar de arrepentimiento, sino para hablar de los recursos del reino. Así es , pero para hacer uso de los recursos, hay que entrar en el reino, y solo los que cambian su manera vivir pueden entrar en mismo.




Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

Mateo 12:28


Todo lo que Jesús hizo fue manifestación del reino, él fue la evidencia de todos los recursos del reino en la humanidad.  No había ningún demonio que pudiera resistir la presencia de Jesús, porque él era el reino, el reino estaba en él y el reino estaba entre nosotros. Hoy el reino está aquí, está entre nosotros y con nosotros, tenemos la llave del reino.


El reino está entre nosotros solo tenemos que devolvernos del camino que llevamos y caminar como Dios quiere para ver el reino en nuestra casa y familia. La liberación es uno de los recursos del reino, y el reino está aquí, ¿Pero por qué no somos libres? La sanidad es uno de lo recurso del reino, ¿Y por qué no somos sanados?


Es cuestión de revelación, si comprendemos cuales son los recursos del reino y entendemos que el reino está aquí, sólo queda apoderarse de los recursos que nos pertenecen. Es necesario que te sea revelado que el reino de Dios está en tu casa,  y cuando llega el reino a un lugar hay libertad, hay sanidad, lo imposible se hace posible, y lo que antes no era ya es, porque el reino está ahí.


Revelado el reino, en tu casa habrá sanidad y liberación, no hay espíritu que luego de este conocimiento te pueda oprimir, porque todos tienen que unir por el poder del espíritu de Dios. El reino en ti, te hace invencible, porque eres dotado de autoridad y poder de parte de Dios. Tu boca se convierte en una lanza, que  cada palabra que sale por ella es una espada cortante para destruir el reino de las tinieblas, y dar vida a los oprimidos.


Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.

Mateo 16:19




Jesús nos enseñó lo que debíamos hacer para poder entrar en el reino de los cielos, nos mostró la manifestación del reino, sanando y liberando a lo que creyeron y entraron en el mismo. Pero además, nos dejó la llave del reino, y nos equipó con poder y autoridad, para que también fuéramos manifestadores como él. 


Hoy tenemos la llave del reino, podemos entrar y hacer uso de los beneficios de él que nos pertenecen. Cuando Jesús nos da la llave, no está dando libertad para entrar, no hay retribución alguna que nos impida entrar, a menos, las antes mencionadas.


Para entrar y disfrutar de los recursos del reino de Dios tenemos que volver a ser niños, y quitar de nosotros todo lo que a Dios no le agrada. Quitar el prejuicio, el razonamiento, el odio, el rencor, el orgullo y toda malicia que nos aleja de Dios; y humillarnos como tal delante de l Él.


Hoy somos libres, podemos entrar al reino y vivir en libertad. Pero Satanás no quiere que adquieras este conocimiento, él quiere que sigas siendo esclavo del sistema, pero Dios quiere que seas libre. Dios quiere que tome la llave, entre y te apodere de lo que es tuyo, lo que te pertenece, por lo cual ya Cristo pagó.


Por eso Jesús primero nos dice lo que debemos de hacer para entrar, luego nos dice que el reino estaba ya entre nosotros, y luego nos entrega la llave del mismo para que entremos y vivamos en libertad, y enseñemos lo mismo a los demás.


La revelación de la llave del reino cambiará tu vida por completo, porque recibirá todas las bendiciones del reino para ti y para tu familia, porque como tiene la llave, al momento de cualquier necesidad, sólo tiene que abrir para ver la gloria de Dios.


Cuando dejamos de hacer las cosas que no son del agrado de Dios, y caminamos por su camino, y actuamos con humildad, sacando de nosotros todo orgullo y altivez, de este modo entraremos en el reino. Él mismo nos será revelado, y obtendremos la llave para abrir y recibir las riquezas del reino, por el poder del Espíritu Santo de Dios. 


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